Es un proceso de pulido o abrillantado que se aplica a superficies metálicas, plásticas o de otros materiales en un entorno industrial. Este acabado se utiliza para mejorar la apariencia, textura y resistencia de las superficies, dejándolas lisas y brillantes. El “polish” se logra mediante el uso de abrasivos, compuestos químicos y herramientas específicas para alisar y dar un acabado brillante a los materiales tratados.